23 de agosto de 2010

NO.

Una palabra que puede llegar a decirlo todo, o simplemente a no decir nada. Que según quién la pronuncie va a variar el efecto en mí, afectándole a casi el 100% de mi cuerpo o cambiando al extremo contrario y pasando a hacer caso omiso de esa palabra.

A veces, se pone un margen de nombres de aquellas personas de las que debería afectar que saliera esa palabra de su boca, pero yo, después de pasar mucho tiempo con el mismo orden, prefiero darle la vuelta y cambiar ciertos nombres de lado. Llegando al punto en que ya no quedan apenas nombres que me vayan a afectar, manteniendo no solo aquellos que yo considere los más importantes, sino aquellos que yo considere que hacen lo apropiado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario