8 de agosto de 2010

Cada etapa es distinta, cada etapa es un lienzo en blanco que espera impaciente un pincel empapado en pintura que lo dibuje entero . Y que poco a poco se va llenando con cada una de las pinceladas que yo doy. Algunas muy marcadas y que sobresalen del cuadro. Que con tan solo mirarlo lleva tus ojos hacia esa línea que yo pinté.

Cada historia es un cuadro, un cuadro dibujado con entusiasmo y muchas ganas, y cada pincelada, un recuerdo. A día de hoy he pintado miles de cuadros, muchísimos, de todas las clases y colores. Unos alegres, otros tristes, algunos con grandes capas de pintura para poder tapar todos los desastres que al comienzo pinté. Otros ligeros, con colores vivos, muy vivos. Ninguno perfecto, cada uno tiene sus fallos, pero son mis cuadros, mis historias.

Quizá muchos, si tuviera oportunidad, los pintaría de otro modo y con otros colores. Pero ahora toca empezar otro. Con el pincel entre las manos, lo empapo en pintura y con una ligera pincelada atravieso el lienzo una vez más.

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